gentcreativa

Historias de proyectos y experiencias que fomentan la innovación social, mediante emociones, cooperación y participación en un grupo.

Aquello que pudo haber sido y no fue.

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No voy a ponerme sentimental ni a lamentar oportunidades perdidas.

Pero creo que vale la pena identificar errores pasados, intentar aprender de ellos.

Podemos aprender de experiencias que vivimos, pero también podemos aprender de las que no vivimos.

Vamos a verlo.

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A mi no se me habria ocurrido volver atras en la historia, pero hace pocos dias pude escuchar

una conferencia del historiador Jordi Casas, «Cataluña vista desde la izquierda» , donde ,

de forma valliente y lúcida, trató de dibujar el relato de la izquierda en nuestra historia democrática reciente.

Mis comentarios , ahora, van a ser pues culturales, no politicos

***

En su conferencia, me llamó la atención que mencionó un evento ya olvidado pero muy importante de nuestro pasado

reciente, cuando el gobierno «tripartito» de la izquierda , después de la llegada reciente de un millón de inmigrantes, lanzó

el «plan de barrios», para mejorar el entorno urbano de docenas de ghettos potenciales donde la inmigracion más pobre y

marginada se habia refugiado.

De forma valiente y decidida, gracias a un gobierno de izquierdas, nos endeudamos para invertir y  superar una posible

explosión social (como la que vivieron en Francia poco después).

***

Aqui viene pues lo notable: Jordi Casas recuerda cómo el gobierno y su inversión social cayeron pronto en el olvido. El

dice, literalmente: «Una tarea de gobierno que no se sustente en una victoria previa en la batalla cultural, en la

batalla de los valores, está condenada a no durar mucho. Y asi sucedió».

***

¿Qué signfica la batalla cultural en un caso como este? Recordemos que esta inversión notable se aplicó a un colectivo

muy numeroso pero , aparentemente, invisible. Hubiera sido visible, si , como en Francia, los jóvenes marginados hubieran

empezado a quemar coches los fines de semana. Pero aqui fueron invisibles gracias a la acción preventiva  del gobierno.

Absurdo. Aunque , creo que hay otras formas más civilizadas de visibilidad social

Llegados a este punto he buscado entre mis viejos papeles de la época. He encontrado una oferta que desde la fundación

cultural FUSIC, presentamos al Departamento de politica territorial de la Generalitat, hace 10 años. para los barrios en

cuestión. Ha llovido desde entonces.

Nuestra oferta de dinamización cultural se proponia una operación «para reforzar la identidad colectiva» en cada barrio,

aprovechando las obras de infraestructura y mejoras en curso.

Se trataba de combinar artistas profesionales con voluntarios de diversos origenes para diseñar una fiesta en la calle que

incorporase elementos de las diversas culturas.

No se trataba pues de montar espectáculos en el barrio, ni de introducir con calzador cultura «tradicional» casera,

(castellers + sardanas). Se trataba de diseñar entre todos el nuevo pais.

***

No estabamos haciendo ningun invento. Nos limitábamos a repetir la fórmula que ya habiamos practicado en un barrio

díficil de Zaragoza, El Gancho, con mucho éxito de participación , de diversidad y de cohesión social. Más tarde lo

repetimos en Barcelona, en Poblesec, donde, a pesar de las tensiones ocultas, los inmigrantes parecian invisibles hasta

entonces, en el propio barrio.

Lástima que después FUSIC perdió el norte y saló de escena

***

En un momento de la negociación con Obras Publicas, pareció que sintonizábamos con el director general. Nos contó una

anécdota en uno de estos barrios. Cuando intentaron negociar con los vecinos cómo aplicar una inversión prevista en

mejorar viviendas, alguién les contestó: «Si tienen dinero para el barrio, nos lo repartimos y nos vamos de aqui».

De hecho, en estos barrios, no tenemos interlocutor, se lamentó el director acertadamente.

***

Pero el proyecto no fue posible. La «cultura de obras públicas», la de economistas, ingenieros, arquitectos, políticos…

(¡que no eran de derechas! ) no era favorable a un proyecto cultural como aquel, capaz de generar identidad,

dignidad, responsabilidad colectiva, respeto a las aportaciones diversas.

No se si hoy habriamos encontrado un entorno más comprensivo.

Aunque la valoración de Jordi Casas me dice que algo hemos progresado. Hoy sabemos que hay una «batalla cultural y de

valores» antes de poner ladrillos. Del supuesto realismo de estos profesionales que confiaban en los ladrillos con una fe

total para producir progreso social, ya no estamos tan seguros. Sin la batalla cultural no hay ciudadanos ni progreso.

democrático. La politica sólo es posible si disponemos de la cultura.

(Si deseais leer la conferencia de Jordi Casas, dispongo del pdf , de 20 páginas, que os puedo enviar. Vale la pena)

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